jueves, 5 de enero de 2017

Caminando con "Muérete Ya"


Regala "Muérete Ya" en Reyes... ¡No te arrepentirás!
En Sestao, en la Librería Gran Vía y en la Burdin Taberna, en Portugalete en la Librería Jule y en el bar El Paso, en Bilbo en la librería Cámara, en Louise Michel,en Libro Bilbao y en la tienda ZIKLA; y en Las Carreras en el Bar 1914.
Y si no, podéis conseguirlo vía web a través del enlace de este blog.

Reseña de #MuereteYaLaNovela por José Joaquín Sachez


Cabeza de muerto es un término que se usa en la composición tipográfica. Se trata de una letra que se pone al revés sustituyendo a la que falta. Usando ese hermoso nombre tenebroso, un grupo de personas, vascas y extremeñas (entre ellas las amigas de Librería La Teta Negra, de Alburquerque) se han unido para crear la Editorial cooperativa “Cabeza de muerto” ), con la idea de publicar libros cuidando la edición, añadiendo banda sonora en CD, etc, etc.

Se trata de esa nueva fórmula de financiación colectiva, crowdfunding (cómo me joden estos términos bárbaros) por la que la gente aporta pelas y de esta forma pueden orearse ideas nuevas pasando así de las de las mafias editoriales que sólo promocionan a sus mediocres escritores/as en nómina.


Así es que aporté mi granito sarnoso y obróse el milagro.


En este caso hablamos de la novela “Muérete ya”, de Noe Loizaga, una fresca novela negra (nótese la dualidad fresca-negra), rozando el gore con toques de humor al más puro estilo Tarantino pero con sabor propio, más bizarro.


La historia gira en torno a tres mujeres diferentes entre sí que se ven implicadas, y por lo tanto unidas, en un infierno de asesinatos y peleas entre mafias del tráfico de drogas.
Y hasta aquí el spoiler (otra palabreja).


La novela se lee muy bien, mantiene un ritmo frenético sin llegar a abrumar y aborda las escenas de violencia sin complejos y con chispas de humor. No es la pluma de Yasmina Kadra (que se le notaba en la escritura que era un tío) ni quiere serlo, pues uno de sus aciertos es que no es una novela pretenciosa y ni mucho menos moralizante.


La autora utiliza las confesiones de las mujeres en los interrogatorios como flashback (otra palabrita) y así aporta los datos necesarios para seguir la historia.


La influencia del cine en la novela es brutal, y esa pasión va de la pluma de la autora a nuestro cerebro con fluidez, sin grumos ni artificios, como un río de sangre sin vísceras.
A lo largo del relato cita pelis que pensaba que sólo conocía yo, como “El ciempiés humano” (aprovecho para aconsejar la segunda parte, mejor que la primera) o Braindead (“Tu madre se ha comido a mi perro”, 1992) que nos mete en el salón de casa vísceras y sangre con una naturalidad pasmosa.


La influencia cinematográfica es, por lo tanto, clara, y además no le importa a la autora. Mientras leía sus páginas, me daba la sensación de estar acariciando la oreja desprendida en la tortura de Reservoir Dogs.


El hecho de que las mujeres sean las que cogen el cuchillo o la pipa da un vuelco al estereotipo al que se han visto relegadas en la literatura y en el cine.
Aquí no hay destape hortera estilo Pajares ni princesitas tenues esperando el beso salvador del trípode de turno.
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Por lo general, cuando se quiere hacer una obra “feminista”, (y conste que la reivindicación feminista no es la idea-fuerza de este libro) suele caerse en el error de dar la vuelta a los roles y asunto terminado, en plan Lara Croft. Aquí se presentan por fin personajes femeninos poliédricos, con sus taras y fortalezas, que recurren al asesinato porque sí, y no siempre por razones incontestables.


En esta novela, al contrario que otras con mujeres que matan como las de Stieg Larsson, la tendencia homicida de una de las protas, Max, es apenas epidérmica, como quien se hurga en la nariz.


Todo parece real en este tumulto lisérgico y ni siquiera el fuego purificador que aúna las desgracias de las protas consigue hacer desaparecer los cadáveres. Ay, el pasado.
La sororidad es también espontánea, natural y nada cursi, abofeteando al estereotipo machista de que las mujeres son malas, sobre todo entre ellas.


Mujeres protagonistas de situaciones violentas, con cierto punto apocalíptico estilo “Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto” (1995), e incluso el toque cómico de “Marujas asesinas” (2001).


Pues eso, si a alguien le interesa una lectura fresca, que se lee del tirón y en edición cuidada, ya está tardando. En este blog hay información de la gente que ha escrito, musicado,cantado, ilustrado y maquetado la obra. Y dónde se puede adquirir.


PD: Sí, ya sé que esta reseña es regular, no soy crítico literario, y también sé que he puesto más referencias cinematográficas que literarias, pero es que, además de novela, “Muérete ya” es puro cine.






José Joaquín Sachez, poeta y narrador extremeño ha sido proclamado vencedor de numerosos concursos literarios en todo el estado.